OQEMA —una empresa familiar con casi 100 años de trayectoria— mantiene relaciones de larga duración con clientes, empleados y proveedores, y es sinónimo de calidad, seguridad y progreso dentro del mercado europeo.

Para garantizar que nuestros empleados trabajan con confianza, OQEMA concede un gran valor a la experiencia técnica y a la idoneidad de los nuevos colegas en el marco de equipos ya establecidos. Este es también el motivo por el que tenemos tantos empleados de larga duración. También apoyamos a nuestro personal en su desarrollo profesional: somos una de esas empresas que la gente no tiene que abandonar para seguir progresando en su carrera.

Esto mejora la eficiencia en un clima de trabajo organizado cada vez más en función de los proyectos y también permite la conciliación entre vida laboral y familiar. 

Nuestros empleados son nuestro mayor potencial. Por eso apoyamos específicamente la responsabilidad y la iniciativa individuales y también agudizamos su conciencia personal sobre la calidad y la seguridad. Podemos y queremos aprovechar los puntos fuertes de nuestros empleados. Por otro lado, toleramos intencionadamente los puntos débiles. Puede sonar algo anticuado afirmar esto, y también es posible que se malinterprete. ¿Qué pretendemos con ello? Ser conscientes de que uno no puede ganar todos los días. Queremos establecer una base de bienestar continuo y ser exigentes con nuestro personal en la medida de lo razonable. OQEMA les permite a sus empleados pensar y hablar libremente, tanto entre ellos mismos como con sus supervisores. Las situaciones desagradables se pueden hablar abiertamente, y en este sentido es posible y necesario aceptar las contradicciones.

Por un lado, intentamos mantener los puntos fuertes de una pyme y, por otra parte, aspiramos a un nivel internacional de experiencia y seguimos desarrollándonos en todo el mercado europeo.